SAN JUAN, LIBORIO Y YO

por ANA JOSEFA GIL MATEO
23.03.12


San Juan, provincia secuestrada por la ambición desmedida de algunos corruptos nacidos aquí, algunos que han emigrado, y también por foráneos que han llegado o que van de paso. El saqueo ha sido descomunal, van convidados a repartirse el manjar.
Sin embargo, en esta tierra de Liborio Mateo Ledesma, aún fecunda el sentimiento patriótico contra los traidores que siguen aniquilando su pueblo al malversar los dineros del erario público y otorgar concesiones; donde todos se acusan, pero ninguno termina recluido en Najayo.
Desde las montañas, donde Liborio desarrolló su liderazgo mesiánico y destacó por su sentimiento nacionalista contra la intervención extranjera; voy aspirando a un gobierno capaz de defender la soberanía nacional, la cual empeñan con la excesiva deuda externa y la concesión de explotación minera.
Liborio supo sobrepasar en el tiempo al no alinearse a los intereses del momento, por eso masacraron a sus seguidores en Palma Sola; y nueva vez, los sanjuaneros estamos amenazados por los mismos grupos de poder.
Observando el plan macabro que vienen emprendiendo los poderosos enemigos de San Juan, con desgarrador dolor veo como esos mercaderes reciben lisonjas de este pueblo inocente y dominado. ¡Otra masacre nos acecha!
Empujan a San Juan a vivir en miserias, le secuestran sus montañas, la producción agropecuaria es una entelequia, ni de los caminos vecinales se ocupan y le condenan al confinamiento como si ignoraran nuestra estratégica posición geográfica.
Olvidan sus compromisos electorales de desarrollo provincial, y dejan al devenir del tiempo el centro de la capital municipal, con el apestoso arroyo Tenguerengue y donde otrora estuvo erguido el viejo mercado, hoy tenemos otro foco de contaminación ambiental.
El desarrollo prometido al pueblo es una quimera que llevan en la carpeta de oferta electoral, algunos con el cuento de que nacieron en San Juan y otros; peor aún, ni siquiera son de aquí, solamente vienen en la zafra electoral.
Rechazo la política personalista mediante la cual muchos delincuentes negocian su impunidad o alcanzan inmunidad; y donde muchos deshonrosamente se ofertan al mejor postor. A mí no me pueden tasar en el matadero electoral, por eso soy la elegida para la misión: ¡Defender a San Juan!
Cuando esos secuestradores lleguen a San Juan, el pueblo deberá estar a la entrada indicándoles que no tenemos nada que ofrecer: ni voto, ni oro, ni granos, ni carne, ni leche, ni metro; solamente miserias. Los títeres no entrarán a la fuerza, se devolverán a rendir cuenta a su titiritero; pues ya lo dijo José Martí: “No hay tirano que afronte a un pueblo en pie".
¡Liborio me llama!