Un cónclave de 120 purpurados elegirá al sucesor de Benedicto XVI

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Roma, 11
feb (EFE).- En el cónclave para la elección del Papa, que se celebrará
probablemente entre quince y veinte días después del 28 de febrero, fecha de la
renuncia de Benedicto XVI, participarán 120 cardenales del Colegio Cardenalicio
vaticano.
El cónclave se reúne
habitualmente en la Capilla Sixtina dentro del complejo vaticano y empieza unos
quince días después de producirse la vacante, aunque el Colegio Cardenalicio
puede establecer otra fecha, que no debe exceder los veinte días.
Ello supondría que el cónclave
podría celebrarse a mediados de marzo.
Los prelados se alojan en el
edificio denominado "Domus Sanctae Marthae" o residencia Santa Marta,
mandado construir por Juan Pablo II en el interior de la Ciudad del Vaticano.
Aunque los cardenales son
trasladados de Santa Marta al Palacio Apostólico en autobús, su aislamiento es
total y para ellos rigen las estrictas normas del secreto.
Tienen prohibido mantener
conversaciones telefónicas o correspondencia con el exterior, y los teléfonos
celulares y la televisión están vetados en estos días.
En 2007 Benedicto XVI modificó
las reglas para la elección de su sucesor, en concreto el sistema de mayorías
que establece el texto de 1996 para la elección de Papa, pero dejó vigente todo
lo demás.
Así, para elegir al sucesor de
Benedicto XVI será necesario obtener la mayoría de los dos tercios de los votos
de los cardenales electores en todos los escrutinios.
Hasta entonces era necesaria esa
mayoría, pero si tras el tercer día de votaciones y llegados al 33 o 34
escrutinio no se producían resultados positivos, se decidía seguir por mayoría
absoluta.
Asimismo, la nueva normativa del
papa Ratzinger establece que cuando llegue el turno de voto de los dos
cardenales más votados, éstos no podrán participar en la votación.
En lo referente al nombre de los
candidatos, debe figurar en la papeleta escrito con una caligrafía distinta a
la particular de cada cardenal, y está prohibido a los electores desvelar a
cualquier otra persona noticias sobre las votaciones, antes, durante y después
de la designación del nuevo Papa.
Después de cada elección se
queman las papeletas.
La tradición indica que los
cardenales provoquen con paja seca o húmeda que el humo sea negro si no se ha
elegido papa, o blanco si la votación ha dado como resultado la elección del
nuevo pontífice: es la conocida "fumata negra o fumata blanca".
Una vez que el elegido
"acepta su elección canónica" como Sumo Pontífice, el primero de los
diáconos -cardenal Protodiácono- anuncia desde el balcón de la Basílica
vaticana la elección del nuevo Papa con la tradicional fórmula: "Nuntio
vobis gaudium mágnum: Habemus Papam!" y este último imparte la bendición
"Urbi et Orbi".
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