Bendicen Casa de Acogida para Misioneros

SAN JUAN DE LA MAGUANA, 24 de junio de 2015…..Con una ceremonia litúrgica que contó con la participación de hijos, nietos, familiares y un selecto grupo de amigos de los difuntos esposos Doña Sarah y Don Teto, fue bendecida este pasado sábado 20 de Junio la estancia de acogida y oración que lleva su nombre, antigua casa familiar, inmueble donado a la diócesis de San Juan de la Maguana. Para la ocasión, monseñor José Dolores Grullón Estrella presidió el acto de consagración solemne, acompañado de los sacerdotes Jaime Corujo, entrañable amigo personal de la familia Puello-Herrera, José Rached (primer sacerdote de la diócesis), sobrino de doña Sarah y el diácono Juanito Herrera, también sobrino de la prestante dama, quien junto a su esposo sirvió con singular entrega a la Iglesia. El lugar consta de dos áreas diferenciadas: La Casa de Oración doña Sarah y el Hogar de Acogida Don Teto; la primera funciona de lunes a sábados como espacio reservado a la oración, contemplación y adoración, dirigido por el Movimiento de Renovación en el Espíritu Santo y la comunidad Nuestra Señora de la Esperanza, con ministerios especiales los miércoles en la mañana y los sábados, además de realizarse allí cursillos, convivencias, retiros, talleres de Vida en el Espíritu y otros servicios que tienden al silencio profundo, la pacificación interior y el encuentro personal con Dios. Y a la vez funciona el Hogar, propiamente dicho, como una morada de acogida para personas que llegan de paso a la diócesis en alguna labor misionera, constando de los servicios básicos necesarios para que los huéspedes se sientan cómodos y tranquilos, en una calle que, aun estando situada en el área céntrica, establece una estratégica separación del mundanal ruido. De acuerdo al testimonio de la licenciada Wilma Duval, quien dio las gracias a nombre de diócesis a la familia Puello-Herrera por la donación “tener accesible la Casa de Oración al Hogar de Acogida es un signo importante, porque casi siempre la gente se levanta, participa de las laudes y se hace visible en la vida de estas personas, compartiendo uno y otro lugar, idéntica unión a la que inspiraban en vida Doña Sarah y Don Teto”
La vivienda fue sometida a una reparación general corrigiendo algunas filtraciones del techo, y lo que antes era una sala de estar, ahora se ha convertido en una capilla, en donde se aprecia, adosado a la pared del fondo, la simulación del frontispicio de una iglesia con techo a dos aguas (o “V” invertida) sostenida en sus extremos por dos grandes columnas de mayor relieve, (que resguardan en su interior las urnas conteniendo los restos venerandos de ambos) como símbolo del formidable soporte que significó el apostolado de tan ilustre y devota pareja. En cuanto a su nueva dimensión, monseñor Grullón explicó que la misión de esta casa “para la diócesis es de gran importancia, porque sin oración no hay frutos y la Iglesia no camina; en la capilla ellos se transforman hoy en columnas de la iglesia, modelo de matrimonio y de servicio, columnas de la familia con Jesús, que está en el sagrario, en medio de ellos, y si Jesús está en medio de la iglesia y el matrimonio, aunque haya sacrificio, las cosas funcionan bien con bendición”. Desde la perspectiva de la familia donante del patrimonio así como de algunos invitados, salieron a relucir al calor de ilustrativas anécdotas, arracimadas prendas morales, don de gentes y méritos personales que distinguían a ambos cónyuges. El doctor Juan Francisco Puello Herrera agradeció a monseñor Grullón por el trato que ha dispensado a la familia y que dio a sus padres, que cumplirían en esa fecha 76 años de casados, de estar con vida, y quienes murieran con apenas unos 22 meses de diferencia. Sin titubeos, a todas luces inspirado, seguro del testimonio, dibujó un delicado perfil de sus padres, precedido de una conmovedora orfebrería lírica:
“La madre lo es todo, piedra y terreno, estrella, aurora y ocaso, enigma y sangre, campana y silencio, violencia y ternura. Ella es como la tierra fértil: Siempre dando nacimientos y siempre sepultando muertos…perpetuando incansablemente la vida a través de generaciones inmortales. Para cumplir con este destino sagrado, la mujer, para ser madre renuncia y pierde su personalidad y se sumerge en forma anónima en la corriente de las generaciones. La madre no tiene identidad personal, es simplemente la señora de… madre de…es esencialmente entrega, pertenece a alguien, no posee propiedad. Entre sombras y luces transcurrió la vida de ambos, pero tuvieron más luces que sombras. Méritos, homenajes y reconocimientos nunca los buscaron. Admiraba a mi padre por su desprendimiento y solidez moral, porque la, gente cree merecer algo aunque no lo merezca, los méritos vienen por sí solos, no hay que ir detrás de ellos, vivir para alcanzar méritos es propio de mediocres, pues de nada vale triunfar en un aspecto de la vida y descuidar otros más importantes. Ante los ojos de Dios, las virtudes no necesitan ser expuestas en vitrinas, para que los incautos las contemplen, en ellos, en mis padres, y así lo piensan José Joaquín y María, les bastaba actuar conforme los designios de Dios para quedar satisfechos y libres del afán de ser reconocidos. Convencidos estaban que es fuente de sabiduría abandonarse para que sea la santidad que mueva a crear cosas nuevas que favorezcan a los demás, sin ánimo de ser reconocidos por la obra realizada. ¿Qué heredamos de ellos?" Se pregunta y responde, presto: "La lealtad, la responsabilidad por nuestros actos, el desprendimiento, amar a Dios y algo muy importante que lo digo donde quiera que esté: Estar libre de complejos. Nuestros padres se amaban al extremo de dar la vida por el otro, de eso no hay dudas". Y como para muestra de la primavera apenas basta un botón, Don Teto escribió “La Blusa Verde”, con trazos poéticos en 1939, en arrebato de inspiración enamorada: “Ibas llena de gracia, aprisa y con donaire un sábado a la mañana, al sol radiante con tus áureos cabellos al viento, en la grácil expresión de tu andar… ibas con la blusa verde!" En tanto que doña Sarah le corresponde luego escribiendo a Don Teto este acróstico: Jesús te dio el camino al nacer Orientó tu vida hacia el bien Sentiste en tu alma el amor En tu espíritu la esperanza de un mundo mejor. Entretanto el doctor José Joaquín Puello hizo público su agradecimiento a los presentes, de manera especial a sacerdotes y otros ministros presentes, expresando que “Dios ha bendecido a nuestra familia con curas, monjas, y diáconos” y haciendo un apretado recuento del legado de sus ascendientes expresó que “al cabo de la vida eso ha repollado”. “No quisiera hablar mucho de mis padres, porque parecería como su estuviésemos tratando de justificar la donación que se hizo efectiva hoy aquí. No, de ninguna manera, por eso tampoco voy a narrar las veces que vi a mi madre ayudando personas, que ustedes ni se imaginan.” "Hemos aprendido con ellos que si mérito hay en dar, mas mérito hay en dar lo que a ustedes no les sobra”. "De ellos lo que nosotros aprendimos fue la compasión, y ahora reflexionando al cabo de los años, quien sabe si la vocación de médico me vino por eso. Uno no sabe cómo Dios actúa, Dios me dio la compasión y me hice médico, como es de las profesiones liberales la que parece estar más cerca de la compasión” “Papa no nos dejó materialmente nada, y ¡qué bueno! Porque al final de cuentas lo que importa no es lo que usted lleva en la cartera o en el bolsillo, sino lo que usted lleva en el corazón” Dar las gracias por esta casa de acogida que, si contribuye a que un ser humano, uno solo persevere o vuelve al camino recto, ha valido la pena todo lo que se está haciendo” Cual si se tratase de un designio del arcano, los nombres de los enaltecidos difuntos guarda un significado oculto que pareciera el augurio de un destino manifiesto: José significa Aquel a quien a Dios ayuda (de La Altagracia), mientras que Sarah encierra el significado: Princesa amada por Dios. José Altagracia y Sarah María nacieron, respectivamente, en San Juan de la Maguana, el 20 de enero de 1914 y el 24 de noviembre del 1913. Los padres de Don Teto fueron Juan Francisco Puello de los Santos y María de los Remedios Rodríguez Varona y de Sarah Simón Herrera Yafred y Elisa Lagranje de Herrera. Contrajeron nupcias el 7 de febrero de 1940, en esta San Juan de la Maguana, celebrando el matrimonio Fray Miguel de Castro, perteneciente a la Orden Franciscana. Sarah María fue maestra desde 1931 hasta 1948 en las escuelas Mercedes Consuelo Matos y Francisco del Rosario Sánchez y José Altagracia desde 1925 en Las Matas de Farfán y posteriormente director de la escuela Francisco del Rosario Sánchez. En 1942 fue director de Educación en Duvergé mientras estudiaba simultáneamente, graduándose de abogado el 23 de Octubre 1951 Por su dilatado apostolado a la iglesia, por su perseverante trayectoria de solidaridad cuando se les requería, ambos recibieron el título honorífico de oblatos redentoristas, aquilatando estas virtudes. Tuvieron su encuentro definitivo con el señor el 11 de octubre del 2004 el uno y ella el 9 de agosto de 2006, y con su ejemplar vida se ganaron el galardón de la trascendencia, en la patria definitiva del Cielo. De modo que este 20 de junio, día de San Héctor, San Juan de la Maguana solemnizó una fiesta de reconocimiento para estas dos almas nobles. Y como certeramente puntualizara el doctor José Joaquín Puello, " este es un día alegre, no para recordar que ellos están muertos, porque estamos celebrando la actuación en vida a instancias del Señor, de dos seres humanos que se fueron a la Gloria de Dios con el Espíritu Santo". Fuente Diócesis de San Juan de la Maguana

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