Desarrollo Comunitario de Fundasep inaugura acueducto en Villa Ocoa
https://www.elvalleinformativo.com/2015/07/desarrollo-comunitario-de-fundasep.html
VILLA OCOA, PADRES LAS
CASAS…..Recientemente esta comunidad protagonizó un nuevo capítulo en su
historia de logros y realizaciones con la bendición de un sistema de
abastecimiento de agua potable por gravedad, en un esfuerzo mancomunado que
involucró el acompañamiento de la Iglesia a través de sus organismos de
Pastoral Social e instituciones del Estado.
De esa manera se cierra un
ciclo en aquel caserío que resultó marcado por la desgracia del huracán David,
el 30 de agosto del año 1979, cuando las embravecidas aguas del Río Ocoa,
arrastraron a muchas personas de aquellos parajes, borrando de paso del mapa,
literalmente, parte del poblado, cuyo remanente (la Nueva Villa Ocoa) fue
trasladado a su actual ubicación, con el agravante de que en lo sucesivo, no
dispusieron de servicio continuo de agua potable, porque la provisión
preexistente ya resultaba insuficiente.
En un trecho histórico que
se remonta desde mayo del 2010 hasta este pasado jueves 23 de julio a las 3: 00
p.m., el departamento de Desarrollo Comunitario de la FUNDASEP -Fundación Azua,
San Juan Elías Piña-, con el soporte de la parroquia Nuestra Señora del Carmen,
el aporte del Banco Central, el INAPA y del Ayuntamiento del municipio de Padre
Las Casas, el proceso desde su construcción culminó con la entrega formal del
acueducto comunitario.
Con el acto de bendición
presidido por monseñor José Grullón, una comitiva de la FUNDASEP, encabezada
por su Directora Ejecutiva licenciada
Wilma Duval, representantes de la parroquia Nuestra Señora del Carmen y una
gran cantidad de comunitarios, se llevó a efectos una verdadera fiesta del agua
La comunidad de Villa Ocoa
pertenece a la zona sub-urbana del municipio de Padre Las Casas. Está ubicada
en la parte Sur, aproximadamente a 1.5 kilómetros, en la carretera que comunica
con el municipio de Las Yayas, también de la provincia de Azua.
Alberga una población total
de 311 familias, con un universo de 1,492 personas y, tras aquella fatalidad,
desde los años 80, no existía suministro continuo de agua potable, pese a que
se instaló una red del acueducto local del municipio de Padre Las Casas, que
con gran precariedad suministraba agua, apenas a un 20% de las familias que
tenían redes de distribución y piletas domiciliarias instaladas.
Un 40% de las familias no
disponía del servicio regular, obligando
al abastecimiento para consumo familiar tanto de norias como del Rio Ocoa,
lugar en donde también beben los animales, generando el consumo del líquido
alta incidencia de enfermedades gastrointestinales y de la piel, sumado a que
las mujeres debían buscarla y almacenarla en envases inadecuados y en
condiciones muy desfavorables para la salud personal y familiar.
ANTECEDENTES Y EMPODERAMIENTO
Un taller de diagnóstico participativo
con representantes de la comunidad, arrojó como resultado que el principal
desafío era el de solucionar el acceso al agua potable.
La Junta de Pastoral Social
de la parroquia Nuestra Sra. Del Carmen, inició entonces un proceso de
acompañamiento y solicitó a la FUNDASEP la colaboración de su equipo técnico,
para elaborar la propuesta y diseño de un acueducto comunitario, que luego fue
presentado a los directivos del Banco Central, quienes en nombre de esta
entidad financiera, aportaron la mayoría de los fondos utilizados para la
construcción del sistema de agua potable.
CONSTRUCCION Y COSTO
Las brigadas comunitarias
de Villa Ocoa, mujeres y hombres, construyeron su acueducto en un proceso
desarrollado sobre la base de una tripleta de componentes básicos:
Capacitación-Organización Comunitaria, Construcción de Infraestructuras y
Preservación-Conservación de Recursos Naturales.
Se creó, al efecto, una
estructura organizativa, un equipo núcleo de 7 directivos, escogida libremente
por la comunidad, que asume, indistintamente, la administración, sostenimiento
y reparación, supervisando tanto la programación como ejecución de los trabajos
del musculo comunitario o actividades de capacitación y que se integra, como
los demás, a las tareas de brigadas y convites de voluntarios.
También les corresponde
socializar, una vez al mes, los informes de tesorería, asegurándose de que cada
familia beneficiaria realice, en oportuno tiempo prudente, el aporte (que en
este caso compromete la cuota mensual de veinticinco pesos RD$25.00) por beneficiario,
las donaciones, que se depositan en una cuenta de ahorro y los gastos, por
ejemplo en las jornadas de capacitación, entre otros.
Las familias aportaron la
suma de RD$75,000.00, los terrenos para el tanque por RD$30,000.00 y trabajos
por las brigadas 2,800 hombres/días a RD$400.00, igual a RD$1 millón 225 mil
pesos y el aporte de la gobernación de Azua RD$15 mil pesos.
El costo total de la obra
engloba la suma de RD$ 5 millones, 404 mil 063 pesos con 35 centavos, para una
inversión por habitantes estimadas en RD$ 3 mil 622 pesos con 2 centavos.
En suma, el desglose
capital de los tres grandes aportes es de RD$ 2 millones 750 mil pesos del
Banco Central (52%), mano de obra y gestión comunitaria RD1 millón 457 mil
(20%), y la FUNDASEP, en diseños, dirección técnica y asesoría RD1 millón 052
mil 063 pesos con 35 centavos (para un 28%).
EL ACUEDUCTO
El sistema de agua
canalizada consta de consta de una obra de toma, tipo represa sobre el arroyo
Los Palmaritos, un muro de contención de 5 mts de longitud, con una altura de
1.5 mts y espesor de 0.50 metro; un
filtro lento de Bio-Arena, una línea de aducción principal, un tanque de
almacenamiento en mampostería y concreto armado, una línea secundaria, dos
líneas de distribución y un total, hasta el momento, de 311 líneas de
acometidas para distribución intrafamiliar y tapas que posibilitan la
inspección y limpieza.
Un aspecto a destacar es
que el tanque de almacenamiento, con capacidad para 30,000 galones, fue iniciado por la propia comunidad dos años
antes, en una muestra palpable de iniciativa de procurarse un recurso hídrico
adecuado, cuya carencia es señalada por organismos internacionales como socio
de la pobreza, causa de enfermedades evitables, generador de trabajo infantil y
causante de múltiples inconvenientes a la mujer en el uso del tiempo, que se ve
obligada a caminar un promedio de 20 horas semanales en procura del agua.
¡LO HEMOS LOGRADO!
Y ahora se impone cuidarlo
y protegerlo. Los líderes comunitarios están capacitados en preservación y
conservación de los recursos naturales y han establecido un comité de
vigilancia para evitar la tala indiscriminada de los árboles en las zonas de la
fuente de agua y la obra de toma, protegiendo convenientemente los tanques de
bio-arena y el depósito de almacenamiento y distribución.
Se han elaborado
reglamentos, redactados por los propios beneficiarios, con la asesoría de los
técnicos de la FUNDASEP, utilizando la estrategia de las Asociaciones de Agua
Potable (ASOCAR), promovida por el INAPA en todo el país, con el fin de
asegurar el buen funcionamiento del sistema y su sostenibilidad en el tiempo.
Con las medidas adoptadas
se asegura un buen sostenimiento de la obra: los miembros del Comité formado,
el seguimiento de la Parroquia, las normas establecidas, la concienciación de
la comunidad, los talleres de capacitación, la participación de instituciones
de desarrollo y el proceso de preservación de los Recursos Naturales que se
realiza en la zona, auguran larga vida a este proyecto.
La realización de esta obra
hídrica, decisiva para la vida de Villa Ocoa, encierra importantes aprendizajes
para los gestores, constructores y donantes del acueducto, ya geo-
referenciado.
Crecemos y nos realizamos
cuando valoramos el doble esfuerzo de abandonar la zona de confort propia, y
nos empeñamos, con el vigor necesario, acompañando a los demás en obras de
vital trascendencia.
Vale la pena invertir, sin
ánimo de generar donaciones populistas, en las iniciativas comunitarias que
sean auto-gestionables, no provoquen dependencia económica y que comprometan el
cuidado del colectivo beneficiario.
Y finalmente, la lección
maestra para la Nueva Villa Ocoa, en su devenir histórico, es que el agua puede
convertirse en una bendición o un
enemigo, idéntico a la actitud con que asumimos la vida: Si nos dejamos llevar
por la corriente de las circunstancias gravitando hacia lo indeterminado, tomando lo que la
naturaleza nos proporciona sin prever para el futuro, viviendo el día a día con
pasividad, sin propósitos sensatos, alguna vez afrontaremos sorpresas
desagradables.
En cambio, si domeñamos la
naturaleza poniéndola como un aliado a nuestro servicio y al desarrollo de los
demás, sabiéndonos sujetos de nuestro destino como individuos y como pueblos,
tendremos el derecho a la última palabra y exclamaremos tan agradecidos como
gozosos, al igual que el célebre poeta griego Píndaro: “Lo mejor es el agua”.
Tomado de Diócesis de San
Juan de la Maguana
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