Reencuentro (Relato)
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A veces resulta dificultoso saber antes que pase el
tiempo lo que en la vida te va a suceder. Ni sigur (Señor Pérez), ni la señora
Ner se imaginaban que sus vidas terminarían unidas, aun estando cada cual por
su rumbo, con responsabilidades de hogar y con hijos a quienes mantener. Cuando
el señor Pérez y Ner estudiaron en la escuela primaria y en la escuela
secundaria eran novios. En esta etapa se amaban tanto que parecían uno solo; el
uno vivía para el otro, pero la vida y las responsabilidades devinieron en una
separación aparentemente para siempre. Sigur o señor Pérez ingreso al magisterio convirtiéndose en un
destacado líder sindical encabezando todas las luchas de los maestros por
reivindicaciones sociales, culturales y económicas. Formo parte de las jornadas
por salario, seguridad social; libro de texto gratis para los niños(as):
desayuno escolar, en fin, las reivindicaciones que harían posible la
dignificación del magisterio. Dirigente cultural; activista social y militante
en ideas progresistas de la izquierda revolucionaria; además un destacado
dirigente en defensa de los Derechos Humanos. En esta labor se ha mantenido
como figura sobresaliente en todos los aspectos de la lucha por el desarrollo
de su pueblo. Ner por su parte termino sus estudios en la
Escuela Básica y secundaria. Cuando se aprestaba a inscribirse en la
universidad, ante la ausencia de su amor infantil contrajo matrimonio con un
joven de la comunidad con quien procreo cuatro hijos. Su vida matrimonial no
fue exitosa, pasaba más tiempo sola que acompañada. Era de estos hombres que el machismo lo llevaba visiblemente en la
frente. Esta Circunstancia la hizo involucrarse en la compra y venta de
botellas inicialmente de cervezas y refresco. Con los recursos generados por
esta actividad pudo encaminar a sus hijos hasta la universidad.
Sigur o Señor Pérez por su
parte caso y procreo con su pareja cuatro hijos a los cuales, con los recursos
generados por el ejercicio del magisterio pudo mantener y darle la profesión de
que hoy disfrutan.
El señor Pérez y la señora Ner las veces que se encontraron
se trataban con el debido respeto como era la formación que recibieron en sus
respectivos hogares.
Aun después de saber que
estaban divorciado el respeto permanecía. El realizando sus acostumbradas
actividades en favor del desarrollo de su pueblo y ella en el empaque, compra y
venta de botellas en el almacén ubicado en la entrada de la capital que le
generaba el dinero con el que sostenía a sus hijos.
Una hija de ella y otra de
el coincidieron en la universidad. Hablaban cada vez que tenían oportunidad de
la situación sentimental de sus padres; ella divorciada de varios años y el
también y sin posibilidad de volver debido a que la circunstancia en que se
produjo la separación no garantizaba reconciliación alguna, eso lo sabían Ana y
Josefina y de eso hablaban cada vez que tenían una oportunidad. En una de esas
habladas concibieron la idea de casar a la madre de Ana con el padre de
Josefina. Si fueron novios y se amaron tanto, se pueden casar. Eso estaba en la
cabeza de ambas.
Si la separación fue por
estudio y lejanía, eso se podría solucionar ahora sobre todo porque eran
amigos y sobre todo se tenían respeto
mutuamente. Ambas urdieron el plan. Se comunicaron con los hermanos(as); cuatro
de cada lado. Los ocho, sin que ellos lo supieran, organizaron y manos a la
obra. A Ner unos se la llevaron para preparar la casa. Decoración; bebida,
música, alcoba, ambientación y todo lo posible y necesario para una noche de
boda.
Por el lado de Sigur o
Señor Pérez, se preparaban las maletas con los ajuares necesarios para la
mudanza adecuada.
La gran sorpresa se
produjo cuando Ner llagaba a su hogar desde Santo Domingo y
encuentra a sus hijos y los de Sigur reunidos como si fueran hijos de ambos.
La fiesta comenzó; la
alcoba fue ocupada por los novios. Cinco días estuvieron en Luna de miel
mientras los ocho hijos disfrutaban la felicidad de la hazaña realizada. La
nueva vida completo un sueño que comenzó en la escuela, y, ahora, a pesar de
haber tropezado en el camino, tenía gran significado, debido a que se sustenta
en una experiencia que ambos experimentaron. Veinticinco años después Sigur y
Ner y sus ocho hijos forman una gran familia que nadie, a menos que conozca lo
vivido por ellos, puede pensar que son de matrimonios distintos.
Es tan grande la unidad que
la ex pareja de Sigur y Ner se llevan como hermanas y comparten la
responsabilidad de los hijos de tal manera que se confunde cuál de las dos
realmente los dio a luz.
Roberto Rosado Fernández
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