El gran caudillo del siglo XXI
https://www.elvalleinformativo.com/2018/04/el-gran-caudillo-del-siglo-xxi.html
Por Rubén Moreta
El caudillismo ha tenido
una dilatada presencia en la vida política de la República Dominicana. Es la enfermedad que mantiene comatosa la democracia nacional.
El caudillismo no ha
permitido un desarrollo institucional que de solidez al aparato estatal,
sistematice políticas públicas, afiance el estado de derecho y construya un
nuevo liderazgo político al interior de las organizaciones, capaz de enrumbar
al país hacia la superación de sus grandes males socioeconómicos, en especial
la pobreza.
El discurso del Presidente
de la República Danilo Medina del pasado 27 de febrero del 2018, fue una
trompetada reeleccionista. Muy claro y fuerte, el primer mandatario dominicano
se lanzó a la aventura política continuista para un tercer período, que podría
destronarlo del poder, junto a su Partido de la Liberación Dominicana (PLD), y
lanzarlo irremisiblemente a una fosa oscura en la historia.
El mandante sureño le sigue
los pasos a los grandes caudillos que a lo largo de nuestra historia
republicana han pretendido eternizarse en el poder (Pedro Santana, Buenaventura
Báez, Ulises Heureaux, Rafael Trujillo y Joaquín Balaguer) obnubilados por la
ambición y el mito de la predestinación.
El economista Danilo Medina
asumió el mando en 2012. En el año 2015 armó un proyecto reeleccionista en
cincuenta y dos días. Logró en 2016, con
una oposición desvertebrada, el visado para continuar cuatro años más
(2016-2020) y ahora trabaja subrepticiamente un plan continuista más allá del
veinte, contagiado de la embriaguez que suele producir el poder en la República
Dominicana. Pero Danilo tiene de frente
una férrea oposición interna –Leonel Fernández- a quien lapidó, pero no
exterminó. Otro factor en contra del
Jefe de Estado, es la disminución importante de su popularidad, que las
encuestas sitúan en menos de un 50%.
En su discurso de rendición
de cuentas del 27 de febrero, el Presidente Medina presentó un contexto idílico
del país que dirige, que lo consume la violencia social y la inseguridad
ciudadana, cuestiones que minimizó. Ni
uno solo de los graves problemas nacionales ha podido resolver el sureño, como
son la crisis energética, la crisis de la salud pública, cuyo modelo “toco fondo”,
la falta de agua potable y de sistemas de alcantarillado sanitario, el
desempleo, los bajos salarios, y una larga lista de necesidades.
Pero donde el tercer
presidente sanjuanero sacó calificaciones reprobatorias fue no referirse a la
firme oposición de los habitantes de su provincia natal a las pretensiones de
la minera Gold Quest de explotar yacimientos mineros, con lo cual se
contaminaría el agua del Río San Juan, el cual da vida a todo el valle. Imperdonable que un Presidente oriundo de San
Juan, amenace la vida de sus compueblanos.
Algo grotesco, fue que el
jefe de Estado convocó a miles de seguidores, para que desde su casa hasta el
Salón de la Asamblea Nacional, vociferaran consignas y exhibieran pancartas de
loas. Penoso. Los aplausos -más de cien- a su fatigosa
oratoria, es otra evidencia de que el discurso presidencial fue una obra
libreteada de cara a la pretensión reeleccionista.
El “manso” sureño se ha
enamorado del poder y se resiste a abandonarlo.
Está insatisfecho y quiere otros cuatro años más en la mansión
presidencial, por eso él mismo dirige su coro y autopromoción: Danilo
2020-2024.
El autor es Profesor UASD.
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