El Racismo en República Dominicana
https://www.elvalleinformativo.com/2019/03/el-racismo-en-republica-dominicana.html
Por Rubén Moreta
En el siglo XVI se inició
la trasplantación de hombres y mujeres africanos en nuestra isla, lo que trajo
como consecuencia una singular mezcla racial-cultural entre aborígenes,
españoles y negros, que se fue fusionando hasta definir el sujeto
dominicano. Empero, las élites han
entronizado una identidad hispanófila, que desdibuja las demás piezas de
nuestra construcción social. Han
levantado un discurso apoteósico de los elementos “caucásicos” y/o europeos
frente a un desdén por el torrente africano, a toda luz imposible de camuflar,
porque aunque queramos encubrirlo no lo lograríamos, porque conforme la décima
del poeta Juan Antonio Alix: “lo negro lo tenemos detrás de la oreja”
La intelectualidad nacional
solo ensalza una pretendida etnicidad pro-europea, con la que dejan entrever su
evidente complejo étnico-racial. Pero lo
africano –inocultable como el sol de los días en el caribe- se destaca en
nuestra genética y acervo cultural (lenguaje, música, gastronomía,
religiosidad, etc).
En República Dominicana es
inocultable que se ha erigido un enfoque racista que menosprecia los elementos
africanos en nuestra cultura, a tal punto que los jóvenes varones en los
barrios dominicanos, con sus afros o pelos rizados, suelen ser discriminados
por los agentes de la policía. Muchos
son metidos en el calabozo solo por exhibir el pelo encarrujado. Si la o el
joven acude a buscar trabajo a una empresa con su pelo ensortijado generalmente
no es admitido. Asimismo, está el
estereotipo de que los varones que se dejan crecer el pelo alegadamente
consumen enervantes.
Las élites han impuesto que
en la socialización habitual del dominicano todo lo negativo es asociado con lo
negro: “tuve un día negro”, “tengo una suerte negra”; retumban las expresiones
de los abuelos y padres: “él o ella es muy buena, pero es negra”, “en mi casa
solo el caldero negro”, “dañaste la familia con ese negro o esa negra”, “eso es
comida de negros”, entre muchas otras.
En el imaginario del sujeto
dominicano la negritud no existe. Negros
son los haitianos. Y las élites han enraizado una ideología antihaitiana, la
cual se impuso en el gobierno del dictador Trujillo, quien llegó al colmo de
-en 1937- asesinar a millares de haitianos en toda la geografía nacional.
Desdeñar la negritud en un
país de negros y mulatos es la expresión de una crisis de identidad de los
dominicanos. Un absurdo.
Como he sostenido antes, el
racismo criollo es la evidencia de que la negritud es la herencia incómoda de
los dominicanos.
El autor es Profesor UASD.
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