¡Ojo! Esto no es relajo

https://www.elvalleinformativo.com/2020/03/ojo-esto-no-es-relajo.html
Mientras el mundo enfrenta
la propagación del coronavirus, Covid-19, la República Dominicana ha estado
inmersa en un tollo electoral y su secuela.
La idiosincrasia
dominicana de dejar las cosas a su suerte quizás resulte funcional una vez más.
Pero este país es turístico, y una epidemia o pandemia, según se declare, puede
afectar no solo la salud de los dominicanos, sino también la economía.
Una mirada rápida al mundo
nos indica que en este momento confluyen varios problemas serios: la expansión
del Covid-19, el conflicto entre los países de la OPEC, el colapso de las
principales bolsas de valores del mundo y la inestabilidad política en varios
países desarrollados sin que exista un liderazgo mundial confiable y efectivo.
Todos esos problemas
afectarán tarde o temprano a la República Dominicana, y el impacto podría ser
devastador porque las divisas proceden fundamentalmente del turismo y las
remesas.
Si el coronavirus
representa un nuevo desafío para las ciencias, estamos a expensas de los
descubrimientos; si es parte de una guerra biológica, es de temer; y si hay
mucha histeria, solo se controlará cuando el tema salga de los medios.
Lo que sí sabemos es que
la República Dominicana necesita conjugar de la mejor manera posible medidas
para contener la expansión del virus y para moderar el impacto económico
negativo que tendrá en el país.
Los servicios de salud en
la República Dominicana son precarios. Por eso hay que apresurar el paso para
tener capacidad de respuesta efectiva en los hospitales. La entrada de turistas
es significativa y no es posible cerrar el acceso totalmente, aunque se haya
prohibido el ingreso de un par de cruceros.
Ante estas circunstancias,
el gobierno debe tomar todas las medidas de prevención y control necesarias.
Educar la población, habilitar espacios suficientes en los hospitales para el
tratamiento de afectados, y mantener el país informado de nuevos casos como
hasta ahora se ha hecho.
Este domingo 15 de marzo
hay nuevamente elecciones municipales. Ese proceso debe ser pulcro y efectivo.
No hay espacio para errores ni complicaciones. Ya el país pasó por un trauma;
dos sería catastrófico. Si fue por incapacidad técnica, fallaron en grande, y
si fue un sabotaje, son criminales.
La gente está ansiosa y
molesta. En estas elecciones se necesita calidad, precisión y buena intención
en la ejecución del proceso por todas las partes involucradas, no solo la JCE.
En vez de continuar con
las poses discursivas, los actores políticos tienen en sus manos la solución a
los problemas electorales. Que no les falte voluntad para hacerlo bien.
Cuando la democracia se
quiebra, aún sea una democracia de baja calidad, es muy difícil recomponerla.
El sistema de partidos políticos dominicano está muy debilitado, y cuando las
instituciones colapsan, son reemplazadas por el peor oportunismo.
El pueblo dominicano
demanda y merece elecciones confiables. Los partidos tienen que ponerse de
acuerdo y abandonar el cálculo cortoplacista que solo dicta ganancia en el
fracaso.
Si la clase política
(toda) no entiende la transcendencia de estas elecciones quedará sepultada. No
es alarmismo, es realidad.
Ya todos los partidos
principales se dividieron. Los existentes son residuos de un tiempo de
conflictos sin árbitros.
Terminaron los caudillos y
están terminando los partidos. Cada vez la frágil democracia dominicana es más
débil, lo que se expresa en un sencillo indicador: hay muchos insatisfechos con
la democracia (también en el mundo). Entramos en una fase difícil. ¡Ojo!, esto
no es relajo.
Publicar un comentarioDefault CommentsFacebook Comments