¿Quién ganará las elecciones en Bolivia?
https://www.elvalleinformativo.com/2020/03/quien-ganara-las-elecciones-en-bolivia.html
A estas alturas del año,
Bolivia debería estar a las puertas de una cita electoral que nada tendría que
ver con la presidencial.
Lo previsto, según el
cronograma del año pasado, era que en la segunda quincena de este marzo se
celebraran las elecciones subnacionales (departamentos y municipios).
Sin embargo, la
interrupción del orden democrático alteró absolutamente todo lo planificado, y
estamos ahora a menos de dos meses para decidir quién será el próximo
presidente de Bolivia.
Estos son unos comicios
totalmente anómalos por muchas razones:
Llegan bajo la gestión de
un Gobierno no electo;
Están muy próximos a la
elección anterior (20 octubre de 2019);
No compite quien fuera el
principal elector del país en los últimos 15 años (Evo Morales quedó proscrito
incluso para ser candidato a senador);
Muchas instituciones (MIT,
CEPR, CELAG) han demostrado que no hubo fraude en contra de lo que la OEA
manifestó sin prueba alguna;
Existen muy pocas
garantías democráticas debido al alto grado de persecución judicial contra
dirigentes del anterior Gobierno y;
Bolivia está envuelta en
una grave crisis institucional y política.
Después de todo gran sismo
es fundamental conocer e identificar cómo se han reacomodado los sentidos
comunes de la ciudadanía en todos los planos, desde lo ideológico, las
subjetividades económicas y, por supuesto, hasta las preocupaciones cotidianas.
Es por ello que, a continuación, vamos a
presentar algunos rasgos característicos de la Bolivia de hoy en base a la
encuesta elaborada por Celag (2.000 casos, presencial, en todo el país, tanto
rural como urbana).
Nuevamente se constata
algo que ningún golpe de Estado puede lograr: hacer desaparecer a la principal
fuerza política del país de un plumazo.
El candidato por el MAS,
Luis Arce, tiene una intención de voto del 33,1 %, y muy por detrás queda
Jeanine Áñez, con 20,5 %; luego le siguen Carlos Mesa (17,4 %) y Fernando
Camacho (7,4 %).
Aún es pronto para saber
si esa diferencia le permite a Arce ganar en primera vuelta (requiere superar
40 puntos con diferencia de 10 sobre el segundo); pero lo que sí se puede
afirmar es que, por ahora, es la opción electoral con más apoyo en el país,
como lo ha sido en los últimos años.
Arce tiene aún espacio
para crecer en votos. Su techo electoral está próximo al 40 %. Pero debemos
tener en cuenta que el nivel de desconocimiento es muy alto (casi 25 %), y, por
ende, aún tiene mucho margen para subir en intención de voto.
Arce tiene la ventaja de
contar con una evaluación muy positiva como ministro de Economía (54,8 %), y
además, en términos comparativos, la población boliviana le ve con mayor
capacidad de gobernar y mayor compromiso con los necesitados que sus rivales.
Por su parte, Áñez se
perfila como la gran competidora para Arce. La actual presidenta de facto no
tiene tanta intención de voto (20,5 %) como potenciales votantes (40 %).
Su techo electoral duplica
a su intención de voto. Y la única razón es simple: ella se convierte en la
probable canalizadora del voto útil contra Evo.
Este fue el fenómeno
político que marcó la elección anterior y que provocó que el espíritu de la
segunda vuelta se colara en la primera. Y esta vez la gran incógnita está en
saber si los votantes paceños afines a Mesa estarán dispuestos a apoyar a Áñez
(la candidata del Oriente).
No obstante, Áñez también
tiene sus puntos débiles: por un lado, casi dos tercios (64,6 %) creen que ella
no debería haberse postulado como candidata a presidenta y, por otro lado, más
de la mitad (54,4 %) cree que ella hará fraude en la próxima elección.
En Bolivia existe una gran
sensación negativa (angustia y enojo) en torno a varios problemas: violencia
contras las mujeres (80,4 %), potencial devaluación de su moneda (68,5 %),
temor a perder el empleo (63,3 %). Y, además, el 82,6 % cree que sigue habiendo
racismo y que ello es algo a superar, el 85,5 % considera que los bonos
sociales son necesarios, y sólo un 31,1 % piensa que las privatizaciones
mejoran el funcionamiento de la economía.
Estos son ejemplos claros
que demuestran que el proceso de cambio en Bolivia no pasó en balde, y aún
predominan estos sentidos comunes en el imaginario colectivo.
Eso hace que el panorama
electoral sea más favorable para Arce que para el resto. Aunque visto lo visto
en los meses pasados, todo puede pasar en esta próxima contienda electoral;
antes, durante y también después.
Alfredo Serrano Mancilla
Director CELAG, Doctor en
Economía, @alfreserramanci
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