No al racismo y la opresión

En los Estados Unidos a
pesar de la proclamación de la igualdad de todos los seres humanos, lo cierto
es que los norteamericanos al fundar su “nación imaginada”, en 1776, fundaron
una comunidad que establecía jerarquías que diferenciaban pobres de ricos,
mujeres de hombres, negros de blancos.
Bien lo sostiene Yuval N.
Harari: “muchos de los que firmaron la Declaración de Independencia eran dueños
de esclavos. Y no liberaron a sus esclavos después de firmar la Declaración… En
su opinión, los derechos de los hombres tenían poco que ver con los negros”
(“Sapiens, De animales a dioses”, 2014, Pág. 153).
La discriminación y el
racismo en Estados Unidos, y en muchos otros países, no es algo que hace
víctimas sólo a los afroamericanos, también los son los latinoamericanos, y los
dominicanos como parte de ellos.
De ahí la participación de
muchos dominicanos en las manifestaciones realizadas. Pero también internamente
en República Dominicana, se practica la discriminación y el racismo.
Ahí están como simples
muestras para confirmarlo, la declaración de la inteligente reina del último
concurso de belleza de la República Dominicana, Clauvid Daly, quien ha
declarado públicamente que por sus características étnicas, fue víctima de
muchos comentarios desagradables y de la calificación de “haitiana”, luego de
ser elegida.
Iguales señalamientos ha
hecho sobre la conducta discriminatoria, nuestra artista internacional Amara La
Negra. No nos llamemos a engaños: en el país hay racismo. Y los racistas deben
saber que la discriminación y el racismo son un crimen y una expresión de gran
atraso personal y social.
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