
Vinicio A. Castillo Semán
@VinicioSenador
He querido
escribir sobre el tema del anhelado Ministerio Público Independiente del poder
político que la sociedad ha estado reclamando, como una forma de lograr castigo
ejemplar a la corrupción y fin de la impunidad, y evitar se pueda decir con
razón éstos no son una vendetta política, tras los cambios de gobiernos en
República Dominicana.
El Ministerio
Público Independiente, que no sea nombrado por el Presidente de la República,
es también hoy la principal propuesta de reforma constitucional anunciada por
el Presidente Luís Abinader.
La pregunta
legítima que todos debemos hacernos es: ¿Un procurador general nombrado por el
Congreso o por CNM será independiente del poder político de turno? Creo que no.
Que se le quite la facultad constitucional a un Presidente de nombrar a un
procurador general no impide que éste, o el partido político hegemónico, puedan
nombrar, en el futuro, sus procuradores. Con la agravante de que si son
inamovibles por 6 años, como se plantea, podrían ser gobiernos paralelos a los
elegidos en urnas por el pueblo, porque sobrepasarían los periodos
constitucionales.
Igualmente se
corre el riesgo de que si es nombrado por el CNM se nos pueda colar un jefe del
Ministerio Público inamovible, puesto por sectores económicos y las ONGs de sociedad
civil que controlan, teniendo que lograrlo una instancia clave del Estado bajo
su control, sin ninguna legitimidad de elección en urnas. Para poner un ejemplo
de lo peligroso que resultaría que el CNM pudiera nombrar un procurador general
por 6 años inamovible, Danilo nos hubiera podido dejar a Jean Alain 6 años a
través del control coyuntural que tenía del CNM. Si hubiera sido así, hoy ese
procurador pudiera ser un ente desestabilizador del gobierno actual y un freno
a toda investigación penal sobre el gobierno anterior, cuyo poder lo habría
designado.
Hoy tenemos un
Ministerio Público Independiente, por dos razones: Una, el perfil y los
atributos personales de la magistrada Mirian Germán, su titular, y dos, por el
mérito histórico de Luís Abinader que, cumpliendo una promesa de campaña,
nombró a una persona apartidista, y con el excepcional perfil de Mirian como
procuradora general. Pero si esa facultad constitucional fuera transferida al
CNM, nadie podría asegurar la permanencia de la magistrada Mirian Germán como
jefa del Ministerio Público. El CNM
sería soberano y el Presidente tendría que respetar la votación mayoritaria de
ese órgano constitucional.
No quiero
terminar este artículo sin hacerle un llamado público a Mirian Germán, a Jenny
Berenice y a Wilson Camacho. Ellos tres han encarnado una esperanza y fe sin
precedentes en el país de que, por fin, no habrá vacas sagradas o intocables a
la hora de acusar en grandes actos de corrupción.
El pueblo,
dentro de esa inmensa fe, le ha dado el tiempo a su Ministerio Público
Independiente para que actúe contra los pejes gordos de la corrupción. El
tiempo ha pasado y a año y medio no hay uno solo en banquillo acusados.
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