Carretera Cibao-Sur impulsará desarrollo económico regional

POR REY ARTURO TAVERAS
El sueño largamente acariciado de conectar el Cibao con el Sur a través de una carretera que una Santiago Rodríguez y San Juan de la Maguana, ha comenzado a dar sus primeros pasos.
Este anhelo, que ha latido
en el corazón de ambas regiones por décadas, promete ser mucho más que una vía
de asfalto, es una promesa de desarrollo económico, un puente hacia nuevas
oportunidades y una esperanza viva para cientos de comunidades que permanecen
aisladas.
Como un río que se abre paso
entre montañas para fertilizar los valles, la carretera Cibao-Sur será la vena
palpitante del comercio y la integración.
Los senadores fronterizos,
como soldados que trazan las rutas del progreso, se han reunido para coordinar
esfuerzos y delinear un futuro mejor.
Con la conducción del
senador Antonio Marte, lidera con palabras y con hechos al aportar un millón de
pesos para los trabajos iniciales, la iniciativa comienza a tomar forma.
El encuentro reciente, que
reunió a senadores, alcaldes y líderes eclesiásticos de cinco provincias,
simboliza una alianza histórica.
Juntos, como las raíces de
un árbol que se entrelazan bajo tierra, buscan fortalecer la conexión entre los
pueblos del Norte y el Sur de República Dominicana, separados por las montañas
de la cordillera central.
La visión compartida es
clara: unir las dos regiones —la del Sur y la del Norte— a través de un tramo
de 30 kilómetros que será el eslabón perdido entre dos regiones vibrantes.
La carretera no solo
representará el tránsito de vehículos, sino también el fluir de la prosperidad.
Agricultura, turismo, comercio y servicios se beneficiarán de este corredor
vital.
Como un puente entre dos
mundos, la vía acercará al productor con el mercado, al estudiante con el
conocimiento, y a las familias con nuevas posibilidades de crecimiento.
No se trata solo de
construir una carretera, si no el porvenir
de una nación.
El senador Antonio Marte,
quien ha dado el primer paso con su contribución financiera, es un símbolo de
compromiso con su tierra natal.
Este acto es como la semilla
que se planta en tierra fértil, esperando que otros se sumen con más recursos y
voluntades.
Solo con un esfuerzo
colectivo se podrá ver finalizado este proyecto que, como el amanecer tras la
noche, traerá luz y esperanza a quienes más lo necesitan.
En un país donde el
desarrollo a menudo se concentra en las grandes urbes, es refrescante y
necesario mirar hacia las provincias.
Es tiempo de que las
riquezas de nuestro suelo fluyan sin trabas, de que las distancias no sean
muros sino caminos, y de que cada ciudadano, sin importar su ubicación, pueda
soñar y alcanzar un futuro mejor.
La carretera Cibao-Sur es
solo una construcción de concreto esperada h una promesa que demuestra que el
andar colectivo nos llevará, finalmente, hacia el desarrollo integral que como
nación merecemos.
Que no se detengan los
esfuerzos ni las voluntades, porque el desarrollo, como la esperanza, nunca
debe esperar.
Publicar un comentarioDefault CommentsFacebook Comments