El irrespeto haitiano con la autoridad RD

El pasado sábado se produjo
un grave incidente en Uvero Alto, Punta Cana, en el cual cientos de obreros
haitianos en su mayoría ilegales se constituyeron en turba en protesta contra
el encargado de obra de construcción en un hotel.
Un muerto y varios vehículos
incendiados fue el saldo principal del acto de la turbamulta.
Lo ocurrido el sábado
comprobó cómo los haitianos que viven ilegalmente en el país perciben la
autoridad policial. Los policías llegaron al lugar del incidente; se avistan
temerosos frente a la turba enardecida, que no muestra ningún signo de respeto
frente a los agentes actuantes y proceden, como lo hacen en su tierra, con las
reacciones de barbarie.
Lo de Uvero Alto es una
pequeña muestra de lo que podría pasar en un futuro no muy lejano con la
ocupación masiva haitiana que se ha dejado crecer en la zona Este y todo el
país.
Sostengo y reitero que
nuestra nación está en el mayor peligro desde su fundación en 1844. En aquel
tiempo era un ejército al que tuvimos que enfrentarnos para parir la República.
Hoy es una ocupación poblacional masiva que llega para quedarse.
Se está formando en nuestra
nación una infranación haitiana que por su naturaleza violenta y la historia de
ambos países se expresará tarde o temprano en una rebelión a gran escala y sólo
podrá evitarse si se toman medidas urgentes con la aplicación de la ley para
enfrentar la invasión que es física y de vientres.
Desde RD se le está enviando
la señal a un Haití colapsado que pueden venir a nuestras escuelas y hospitales
sin ningún documento. Que pueden tener los empleos del campo, de la
construcción; que pueden hasta montar rutas de concho y motoconcho en las principales
ciudades, sin ningún documento, con la indiferencia pasmosa de las autoridades
de tránsito que quieren en cambio endurecer rigor y orden frente a los
dominicanos.
Si el gobierno y mi amigo el
presidente Abinader no toman esas medidas pronto, todo indica que será el
pueblo el que tendrá que reaccionar para salvaguardar su nación.
Lo que está ocurriendo debe
unirnos a todos los dominicanos sin distinción partidaria. Son momentos
cruciales. Que no tengamos que decir como la sultana Aixa: “Lloraremos como
mujeres lo que no supimos defender como hombres.”
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