Fresas mal lavadas pueden causar enfermedades graves: Estas son las 5 más comunes

Las fresas, además de ser deliciosas y ricas en antioxidantes, son una de las frutas más consumidas en Nueva York durante la primavera y el verano. Su versatilidad en recetas dulces y saludables las convierte en una opción frecuente en desayunos, postres y snacks.
Sin embargo, lo que muchos ignoran es que, si no se
desinfectan adecuadamente antes de su consumo, pueden representar un riesgo
importante para la salud.
Según recientes análisis
realizados por organismos de salud y seguridad alimentaria, existen al menos 5
enfermedades peligrosas que pueden transmitirse por ingerir fresas mal lavadas.
Estas afecciones, que van desde infecciones bacterianas hasta enfermedades
parasitarias y virales, subrayan la importancia de seguir buenas prácticas de
higiene en el manejo de frutas frescas.
En ciudades como Nueva York,
donde la mayoría de los productos son adquiridos en supermercados o mercados
ambulantes, garantizar la seguridad alimentaria es una responsabilidad
compartida entre productores, comerciantes y consumidores.
Enfermedades que puedes
contraer por consumir fresas mal lavadas
1) Salmonelosis: una amenaza
invisible pero frecuente
La salmonelosis es una
infección causada por la bacteria Salmonella, comúnmente asociada con alimentos
contaminados. Aunque suele vincularse con carnes mal cocidas o huevos crudos,
también puede estar presente en frutas y verduras mal higienizadas, como las
fresas.
La Salmonella puede
contaminar los cultivos desde el agua de riego, el suelo o durante la
manipulación. Una vez en el organismo, puede provocar síntomas como fiebre,
vómitos, diarrea y dolor abdominal. Esta infección afecta a personas de todas
las edades, aunque sus consecuencias pueden ser más graves en niños pequeños,
adultos mayores y personas inmunocomprometidas.
2) Listeriosis: riesgo
incluso en refrigeración
Otra enfermedad destacada es
la listeriosis, provocada por la bacteria Listeria monocytogenes. Esta patógena
tiene la capacidad de sobrevivir en ambientes fríos, por lo que guardar las
fresas en el refrigerador no garantiza su eliminación.
El riesgo principal de esta
bacteria radica en su impacto sobre poblaciones vulnerables: mujeres
embarazadas, ancianos y personas con sistemas inmunitarios debilitados. La
listeriosis puede causar infecciones severas, meningitis e incluso abortos
espontáneos si se contrae durante el embarazo.
3) E. coli: una bacteria con
complicaciones renales
La Escherichia coli, o E.
coli, puede estar presente en frutas contaminadas con agua no potable o
manipuladas en condiciones insalubres. En el caso de las fresas, su superficie
porosa facilita la adherencia de bacterias si no se lavan correctamente.
Los síntomas de infección
incluyen cólicos abdominales intensos, diarrea (a veces con sangre), fiebre y,
en los casos más graves, puede derivar en síndrome urémico hemolítico, una
afección que compromete el funcionamiento de los riñones, especialmente en
niños y adultos mayores.
4) Toxoplasmosis: un
parásito con consecuencias graves
La toxoplasmosis es una
enfermedad parasitaria causada por el protozoo Toxoplasma gondii, que puede
encontrarse en el suelo o en agua contaminada con heces de gatos infectados.
Las fresas, al estar en contacto directo con el suelo, son vulnerables a este
tipo de contaminación si no se lavan cuidadosamente.
Aunque la mayoría de las
personas infectadas no presentan síntomas graves, esta enfermedad puede ser muy
peligrosa durante el embarazo, ya que puede afectar el desarrollo del feto.
También representa un riesgo para personas con el sistema inmune debilitado.
5) Hepatitis A: virus que
afecta al hígado
La hepatitis A es una
enfermedad viral que se transmite principalmente por alimentos contaminados
debido a prácticas inadecuadas de higiene, como el uso de agua sucia o la
manipulación de frutas con manos sin lavar.
Este virus ataca
directamente al hígado, y sus síntomas incluyen fatiga extrema, dolor
abdominal, náuseas, fiebre y, en algunos casos, ictericia (coloración
amarillenta de la piel y los ojos). La hepatitis A es altamente contagiosa y
puede propagarse rápidamente si no se toman medidas de higiene alimentaria
adecuadas.
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