¡Alerta! Masticar chicle puede liberar microplástico en la saliva

El chicle, también conocido como goma de mascar, fue un producto patentado en 1869 y ha pasado de generación en generación sin indicios que vaya a salir de las costumbres de los seres humanos, pues para muchos puede ser sinónimo de alivio del estrés o ansiedad.
Aunque mascar chicle se
puede asociar con la reducción del estrés, una posible reducción del apetito,
un estudio reciente reveló que esta práctica puede estar afectando la salud al
dejar entrar al organismo miles de partículas de microplástico.
Un estudio realizado por la
Universidad de California en Los Ángeles (UCLA) reveló que masticar chicle
puede liberar miles de microplásticos en la saliva y posteriormente estos
pueden ser ingeridos, aunque por el momento se desconoce si son nocivos para la
salud.
Nuestro objetivo no es
alarmar a nadie. Los científicos desconocen si los microplásticos son
peligrosos para nosotros. No se han realizado ensayos con humanos. Pero sabemos
que estamos expuestos a los plásticos en nuestra vida diaria, y eso es lo que
queríamos examinar aquí”, aclaró Sanjay Mohanty, investigador principal del
estudio y profesor de ingeniería en la UCLA.
Presencia de microplástico
en el chicle
De acuerdo con la
investigación, se encontró un promedio de 100 partículas de microplástico por
cada gramo de chicle y, en algunos casos, se liberaron hasta 637 partículas por
gramo, que son liberadas al masticar la goma de mascar.
Tanto chicles naturales como
sintéticos liberan estas partículas de microplástico y la mayoría se sueltan en
los primeros 2 minutos, entre ellas se encuentras polietileno, polipropileno y
PET, así se dio a conocer después de analizar 5 marcas de chicles sintéticos y
5 de chicles naturales
Las 10 marcas de chicles
están disponibles en el mercado y para llevar a cabo el estudio, una sola
persona masticó 7 unidades de cada tipo por 4 minutos, recolectando muestras de
saliva cada 30 segundos y posteriormente se enjuagó la boca combinando todos
los líquidos en una muestra única y después se realizó una segunda prueba con
una duración de 20 minutos para analizar cómo varía la liberación de partículas
con el tiempo
Sorprendentemente, tanto los
chicles sintéticos como los naturales liberaron cantidades similares de
microplásticos al masticarlos”, sostuvo el autor de la investigación, aclarando
que el fenómeno no sucede por la acción enzimática de la saliva, sino por la
abrasión mecánica que se da al masticar.
Mohanty indicó que las
personas que mascan unos 180 chicles al año podrían entonces ingerir cerca de
30,000 microplásticos, sin embargo, es considerada una cantidad insignificante
comparada con otras muchas ocasiones en que se pueden ingerir microplásticos.
No obstante, se destacó que
no hay pruebas de una relación directa entre los microplásticos y alteraciones
de la salud humana, el estudio buscaba poner de relieve la vía poco explorada
de las diminutas fracciones de plástico que entran al organismo cuando se
mastica chicle.
Chicle y su impacto
ambiental
Más allá de representar un
posible riesgo para la salud humana, el desecho equivocado de los chicles luego
de masticarlos representa un problema ambiental, algo que se ha cuestionado
desde hace años.
Un chicle arrojado al suelo
puede liberar plásticos al entorno, contaminar suelos y llegar a cuerpos de
agua, sumándose al ya enorme problema global de la contaminación plástica, que
afecta suelos, mares, aire y todo el entorno donde nos desenvolvemos.
“El plástico que se libera
en la saliva es una pequeña fracción del plástico presente en el chicle. Así
que, cuida el medio ambiente y no lo tires afuera ni lo pegues en la pared”,
concluyó Mohanty.
Publicar un comentarioDefault CommentsFacebook Comments