Impuestos a las remesas
TESTIGO DEL TIEMPO
Desde el surgimiento mismo
del Estado, la nación jurídicamente organizada, los políticos usan los
impuestos para recaudar dinero. Desde entonces, los más vulnerables, menos
poderosos, pagan más impuestos, porque los ricos nunca pagan gravámenes,
reciben los beneficios, transferidos en formas de pagos por compras
gubernamentales.
Los inmigrantes son muy
vulnerables, porque no tienen arraigo ni poder, los políticos usan sus votos,
sin representarlos. La administración del presidente Donald Trump, desde que
llegó busca vías de aumentar los ingresos fiscales, de ahí las tarifas arancelarias,
le tocó a las remesas.
Ni los políticos latinos de
aquí, ni los de allá en nuestros países, pueden hacer ni intentarán nada, al
final son políticos, y ellos se protegen mutuamente.
El Banco Interamericano de
Desarrollo (BID) estimó en la astronómica suma de $161 mil millones las remesas
que llegaban a Latinoamérica en el 2024, principalmente desde Norteamérica.
Los políticos del Congreso
decidieron gravar ese volumen de transferencias económicas con un cinco por
ciento y, como políticos, “nos ayudan” lo redujeron a 3.5 por ciento. El 3.5
por ciento de los $161 mil millones, le podrían aportarle al fisco $5,635 millones
este año.
Nadie nos evitará este
gravamen, los políticos son la clase gobernante, nosotros somos los gobernados,
ellos se protegen.
A los políticos dominicanos
en el país, eso no les importa, seguirán recibiendo unos $11,000 millones
anuales que le quitan presión de encima a ellos. Seguirán restringiendo
oportunidades económicas para aumentar la migración, el que se va ya no reclama
y se suma a quienes envía remesas remesas, es un negocio redondo.
Nuestras remesas financian
la paz social en nuestros países. Imagínese México sin los $66,000 millones
anuales en remesas, a Centroamérica sin los $45,000 millones, o la República
Dominicana y Colombia sin $11,000 millones cada uno.
El impuesto de $3.50 por
cada $100.00 enviados no afectará las remesas, eso lo pagará quien envía
dinero. Lo único realmente extraño de esto, es que los políticos dejaron pasar
$161,000 millones sin “sacar su parte”. ¿Por qué tardaron tanto?.
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