Tirándole el muerto a RD

El Gobierno dominicano camina entre dos fuegos, a propósito del intento de controlar la desbordada afluencia de haitianos indocumentados hacia nuestro territorio. Le disparan del “frente local” porque no asume las acciones que algunos desean ver contra la población haitiana radicada aquí. De fuera, se entrometen voces que condenan los presuntos abusos a los migrantes.
A final de marzo, grupos
ansiosos de notoriedad escenificaron una marcha en el llamado Hoyo de Friusa,
una zona superpoblada de haitianos. Allí, unos aprendices de políticos
emplazaron sus cañones verbales contra el presidente Luis Abinader y otras
autoridades por una conjetural complacencia con los haitianos.
La prensa dominicana
apareció ayer cargada de las exigencias de la oenegé Amnistía Internacional. El
Día tituló en primera plana así: “Amnistía insiste RD deje de deportar a
parturientas Haití”. El discurso incluyó términos conminatorios como “exige” o
“RD debe”, en referencia al protocolo migratorio recién iniciado en hospitales.
Cuando empleó un verbo cuya
significación implica menos osadía, la organización usó la locución adverbial
“de inmediato”, como impartir una orden a un peón de su finca. “…pidió al
Gobierno dominicano poner fin de inmediato a las expulsiones colectivas de
haitianos y derogar el protocolo que vincula el acceso a servicios de salud con
la deportación…”
Resulta muy cómodo, como
hace Amnistía Internacional, impartirle instrucciones a un Gobierno democrático
que ha mostrado sensibilidad ante las carencias de la población. Será bueno ver
el mismo interés por los derechos humanos frente a los gobiernos de Nicaragua y
Venezuela para con sus ciudadanos.
Quiero saber si la señora
llamada Ana Piquer conoce está enterada de lo que pasa con los migrantes
haitianos en Chile, a donde, presumo, llegan en forma legal. A República
Dominicana entran sin documentos de identidad, y nunca dicen su verdadero
nombre. ¿Quién le da derecho a esa organización para dictar lo que debe hacer
el Gobierno dominicano?
República Dominicana está
dando lo que no puede para asistir en salud a la ola migratoria haitiana.
Incluso, se le ayuda a organizarse, que tengan documentación valida y que se
sepa dónde viven. Conviene que la señora Piquer sepa que los dominicanos también
tenemos que presentar documentos en los hospitales.
Además, debemos completar el
pago que no nos garantiza la prestadora de servicios de salud. La declaración
de Amnistía Internacional es un entrometimiento, propio de gente que vive en la
comodidad y pretende mostrar interés por los problemas de los desposeídos, pero
a distancia, tirándole el muerto encima a otros. En este caso a RD.
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