Millones de Haitianos viven situacion de insuficiencia alimentaria
NUEVA YORK, 11 Oct. (EUROPA PRESS) – Naciones Unidas estima que más de la mitad de los once millones de personas que viven en Haití se encuentran en situación de insuficiencia alimentaria grave y, de ellos, dos están directamente en situación de emergencia debido a la enorme crisis de seguridad que atraviesa un país bajo la ley de las bandas criminales.
El informe de la ONU
describe un país «literalmente asfixiado por la violencia armada», donde «la
expansión del control territorial» de las mafias ha interrumpido los circuitos
de abastecimiento.
Ello ha conllevado un
aumento drástico de los precios. Entre agosto de 2024 y julio de 2025, el
aumento de los precios al consumidor superó el 30%, el mismo porcentaje en el
que ha subido el precio de los alimentos en un país que lleva seis años
consecutivos en recesión.
Para hacerse una idea, el
sector textil, pilar de las exportaciones, ha perdido 40.000 empleos desde
2021, y quince fábricas han cerrado. La industria de la construcción y los
servicios públicos ha visto su actividad caer más de un 40 por ciento, mientras
que el comercio y el turismo han retrocedido en una cuarta parte.
El indicador más nítido del
colapso social, no obstante, es el hambre: en los barrios populares de la
capital, los hogares destinan hasta el 65 por ciento de sus gastos a alimentos,
según las encuestas de campo citadas en el informe.
Cuatro de cada diez hogares
presentan un índice de hambre moderado o severo, y casi la mitad ha tenido que
endeudarse para poder alimentarse. Los más afectados son quienes dependen del
pequeño comercio, el transporte o la agricultura de subsistencia, actividades
ahora paralizadas por los enfrentamientos y bloqueos en las carreteras.
En las zonas rurales, los
agricultores enfrentan un doble golpe: la escasez de productos agrícolas y el
aumento de la inseguridad. Se prevé que la producción de arroz, maíz y sorgo
caerá en una cuarta parte con respecto al promedio de los últimos cinco años.
«Los hogares rurales no
tienen medios para preparar la próxima campaña agrícola», lamenta el informe.
Casi tres cuartas partes de los consultados afirman que no podrán cultivar en
otoño.
A ello hay que añadir que la
violencia de las bandas ha provocado una explosión de desplazamientos. En junio
de 2025, 1,3 millones de personas habían huido de sus hogares, un aumento del
25 por ciento en apenas seis meses.
Cerca de 210.000 sobreviven
en sitios improvisados, muchas veces instalados en escuelas o edificios
públicos. Las condiciones allí se califican de «precarias», marcadas por
«hacinamiento, falta de agua potable y ausencia de instalaciones sanitarias».
El Fondo de Naciones Unidas
para la Infancia (UNICEF) ha cifrado en 680.000 el número de menores forzados a
desplazarse en lo que va de año por la «violencia fuera de control» que impera
en Haití, sumido en «una crisis aún más profunda» con el colapso de servicios
básicos y la falta de acceso a ayuda humanitaria.
«Los niños y niñas de Haití
están viviendo la violencia y el desplazamiento a un nivel aterrador», ha dicho
la directora ejecutiva de UNICEF, Catherine Russell, quien ha explicado que
esta situación les priva «sencillamente de ser niños».
El número de niños
desplazados en Haití ha aumentado casi el doble en el último año. Esos 680.000
forman parte de los más de 1,3 millones de personas que han tenido que huir por
la actual crisis humanitaria, según un último informe de UNICEF que habla de
desplazamientos sin precedentes.
Además, el informe señala un
«aumento significativo en los riesgos de violencia sexual, enfermedades como el
cólera y angustia psicológica», sobre todo en las regiones más afectadas como
Noroeste, Artibonite, La Gonâve y los campamentos de desplazados de Puerto
Príncipe, todas clasificadas en situación de inseguridad alimentaria urgente.
Los barrios pobres de Puerto
Príncipe (Cité Soleil, Croix-des-Bouquets, Tabarre, Delmas y Pétion-Ville)
también se encuentran en una situación crítica.
Hasta el momento, ninguna
zona ha sido clasificada como en situación de hambruna, pero el informe
advierte que la situación podría deteriorarse rápidamente si la ayuda
humanitaria se reduce. En varios departamentos, al menos una cuarta parte de
los hogares ya depende de la asistencia alimentaria para sobrevivir.
El 30 de septiembre, el
Consejo de Seguridad de la ONU dio luz verde al despliegue de una nueva misión
internacional en Haití. Conformada por 5.500 soldados y policías, la Fuerza de
Represión de las Bandas reemplazará a la Misión Multinacional de Apoyo a la
Seguridad, dirigida por Kenia.
Aunque se espera que esta
nueva fuerza contribuya a reducir la violencia, no podrá resolver por sí sola
los problemas estructurales del país.
Actualmente, seis millones
de haitianos viven por debajo del umbral de pobreza, con menos de 2,41 dólares
por día. En las palabras sobrias pero contundentes de los analistas, Haití ha
entrado en un ciclo donde el hambre ya no es una emergencia pasajera, sino un
estado permanente.

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